Yo como Dédalo te advertí que no subieras tanto
pero tú como Ícaro no quisiste escucharme y
ascendiste más allá de los pájaros, más allá de las nubes,
más allá de la tierra.
Con tu deseo de hombre, con tus ansias de hombre,
con esa gran soberbia que lo domina todo y que tan poco
sirve quisistes ir más lejos y jamás me escuchaste.
Y entonces te encontraste cara a cara contigo y sólo
por ser hombre caiste en el vacío.(T.Aguilar).