lunes, 22 de febrero de 2010

Otro punto de vista.





















Un díscipulo se acercó al maestro Ramajuana y le pidió:
- Muéstreme el camino.
-¿Alguna vez te has enamorado de alguien?
- ¿Enamorarme? ¿Qué es lo que el gran maestro quiere decir con eso? Yo me prometí a mí mismo que nunca me aproximaría a una mujer. Ni siquiera las miro: cuando pasan, cierro los ojos para concentrarme mejor en mi búsqueda espiritual.
- Procura regresar mentalmente al pasado e intenta descubrir si alguna vez, a lo largo de toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu espíritu y tu cuerpo llenos de fuego.
- He venido hasta aquí para encontrarme, no los procedimientos para enamorarse.
Ramajuana se quedó en silencio durante algunos minutos y, finalmente, dijo:
-No puedo ayudarte. Si aún no has probado el amor, nunca conseguirás sentir la paz. Por tanto, regresa a tu ciudad, enamoraté y ven a buscarme de nuevo sólo cuando tu alma esté colmada de estos momentos.