jueves, 22 de abril de 2010

Nuestra naturaleza ... ...






es todo conocimiento, todo amor; nuestras contrariedades y nuestras miserias proceden de que el medio en que vivimos no es capaz de satisfacer esa sed de conocer y esa necesidad de amor.

Así es; nada puede satisfacer mi sed ... Todo es mezquino, horroroso, y, sin embargo, yo sé que soy toda amor.


Yo no sé ni quién me ha puesto en el mundo, ni lo que el mundo es, ni lo que soy yo misma. Me encuentro en una ignorancia terrible de todas la cosas; no sé lo que es mi cuerpo, lo que son mis sentidos ni lo que es mi alma, y hasta esa parte de mí que piensa lo que digo, que reflexiona sobre todo y sobre sí misma y no se conoce más que los demás. Yo veo esos espantosos espacios del universo que me encierran y me hallo ligada a un rincón de esa vasta extensión, sin saber por qué estoy situada en un sitio en vez de estar en otro; ni por qué ese poco de tiempo que es dado vivir se me ha asignado en ese punto más bien que en otro de toda la eternidad que me ha precedido y de toda la que me sigue. No veo sino infinidades por todas partes, que me cierran como un átomo y como una sombra y que no dura más que un instante sin retorno. Todo cuanto sé es que he de morir pronto; pero lo que más ignoro es esa muerte que yo no podré evitar. (Pascal).

Foto realizada por Montse de Luna.