martes, 14 de febrero de 2012

Hongos.

“El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla.” (Mahatma Gandhi).

En plena crisis económica, en la que muchas familias se debaten por llegar a fin de mes y sobrevivir a los vaivenes de la economía, estamos cada vez más ofuscados en darle la espalda a una realidad tan cercana como terrorífica: la destrucción de la propia especie humana.
Es erróneo afirmar que, si continuamos actuando como lo hemos hecho hasta ahora, acabaremos con nuestro entorno y nos encontraremos desamparados, sin un lugar aceptable donde vivir. El equívoco se encuentra en pensar que nuestras acciones destruirán el planeta Tierra, y no a nosotros mismos. El mundo, tal y como lo conocemos actualmente, no prevalecerá el tiempo suficiente como para que el ser humano se acostumbre a los cambios y, finalmente, éste acabará desapareciendo. Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo, autor del ensayo “Úselo y Tírelo”, dice en su obra: “El veinte por ciento de la humanidad comete el ochenta por ciento de las agresiones contra la naturaleza, y es la humanidad entera quien paga las consecuencias de la degradación de la tierra, la intoxicación del aire, el envenenamiento del agua, el enloquecimiento del clima y la dilapidación de los recursos no renovables.”