A la rana
Un musiquillo vive en la otra parte del mundo. Allí donde las montañas son azules y las noches duran más que en un día cualquiera.
La niña molécula se comunica con él sólo a través de palabras. Pero en días lluviosos como hoy, el musiquillo se transforma en una pequeña rana verde y entonces comienza a croar fuerte. Su canto viaja a través del aire y así la niña molécula sabe al escucharlo que está bien.
"Nos pasamos el tiempo cruzándonos por los pasillos sin parar a mirarnos". (T.Aguilar).