martes, 21 de mayo de 2013

Sueño




Vivía en un mundo de sueños por mi mismo creado, era capaz de estar distendido por horas con la cara vuelta hacia la ventana abierta contemplando el aire singularmente azul que se respiraba, aquel fantástico juego de colores que se inicia cuando tramonta el sol, cuando las nubes se encienden de reflejos violas en el fondo sobre el Quirinal, más allá  de los palacios, hasta los grandes pinos que se asoman como negras sombras chinescas sobre el horizonte de fuego (Hans Christian Andersen/ El improvisador).