martes, 21 de octubre de 2014


Este año una vez más me encontraréis en el mercado navideño, stand 33. Donde los artesanos dicen que se vende menos (yo creo que no). A mi me apetece estar ahí porque lo importante es participar. Como dice GALEANO en la dignidad del arte... YO escribo para los que no pueden leerme, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con que. Cuando me viene el desánimo, me hace bien recordar una lección de dignidad del arte que recibí hace años, en un teatro de ASÍS, en ITALIA. Habíamos ido con HELENA a ver un espectáculo de pantomima, y no había nadie. Ella y yo eramos los únicos espectadores. Cuando se apago la luz, se nos sumaron el acomodador y la boleta. Y, sin embargo, los actores,más numerosos que el público,trabajaron aquella noche como si estuvieran viviendo la gloria de un estreno a sala repleta. Hicieron su tarea entregándose enteros, con todo, con alma y vida ; y fue una maravilla. Nuestros aplausos retumbaron en la soledad de la sala. Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos.