viernes, 11 de diciembre de 2015



Yo llevo dentro un animal que habitualmente es una apacible gacela pero ante las injusticias, el desprecio y otros adjetivos calificativos propios del ser humano, mi animal se despierta. Entonces me convierto en un león. Mis extremidades se vuelven potentes y mis rasgos pasan a poseer una fuerte mandíbula con unos dientes caninos dispuestos a defender a su manada.

 Este animal me habita, es mi parte salvaje, la que aún vive lejos, al otro lado del río. En zonas donde todavía se puede respirar de color verde hierba (T.Aguilar).