lunes, 31 de agosto de 2009

Recuerdos ... ...

Recuerdo el silencio de la sierra, cuando todo aún duerme y nada se ha estropeado. Salir por la mañana, muy temprano a contemplar el origen del mundo. No puedo saber con precisión cuanto tiempo transcurrió mientras estaba ahí, quieta, observándolo, simplemente observándolo. Y el frío, un frío diferente a todos los demás que te conecta de inmediato con la tierra y que no deja que lo ingnores y un montón de ropa que te vuelve pesada para nada porque el frío sigue contigo como tu compañero de viaje. Sentirlo en mi rostro cuando me encuentro perdida, cuando me encuentro triste, cuando no estoy aquí, cuando me convierto en pájaro para alejarme. El frío me hace volver con vosotros, los ajenos a mí. El me ayuda a reconciliarme con este lugar al que cada vez comprendo menos. Y las palomas, no las olvidé a pesar del paso de los años. Me gustaba mirar como volaban en círculos y esperarlas después de un largo viaje. Aún hoy, después de tanto tiempo, las sigo echando de menos. Recuerdo mi casa de piedra que antes de ser casa fué otra cosa. Y tus historias, siempre las mismas pero diferentes, matizadas, convertidas con el tiempo y mi mala memoria en pequeños cortos.(T.Aguilar).