lunes, 30 de noviembre de 2009

La niña buho ... ...



Me quedé ahí, parada, no se cuanto tiempo transcurrió pero las horas se me pasaron volando.
Cuando me dí cuenta ya habían dado las tres, era la hora de comer y olvidé ir a casa. Mi madre estaría preocupada. De pequeña me pasaba horas y horas en la calle. Pasé toda mi niñez y adolescencia apartada de los míos, descubriendo el mundo. En esa época y debido a mi timidez gran parte de mi tiempo transcurría observando a la gente. Imaginaba como serían sus vidas. Eso me enseñó a conoceros. Se aprende mucho observando, sin hablar. Recuerdo millones de detalles. Hace poco, rememorando tiempos pasados con una amiga de la infancia me dí cuenta que ella no se acordaba ni de la mitad que yo. La mujer búho me llamaban... ... la niña búho. Hoy día, sigo observando y a veces veo cosas que me gustan y otras veo ... ... bueno, ya entendeis a que me refiero, mejor callar, como cuando era niña porque también aprendí durante todos estos años que con algunas pesonas, las palabras no sirven para nada. (T.Aguilar).