jueves, 21 de junio de 2012

Pecemares. 


Hubo un tiempo en que los hombres
compartían el pedernal y el asombro,
las sombras que proyectaba el fuego,
metáfora de un destino por definición incierto,
y una pasión intacta,
la de un mundo aún por descubrir.

Hubo un tiempo en que los hombres
contaban cuentos a los niños
sobre un futuro en que los hombres
no necesitarían del pedernal,
ni del asombro,
ni de la pasión ya gastada,
en un mundo ya poseído por los hombres
sin un resquicio de sombras,
y en que los cuentos comenzarían siempre:
"Hubo un tiempo en que los hombres..."

Alfonso Brezmes.