sábado, 16 de abril de 2011

Juntos, en un día cualquiera.





















Si tuvieras la oportunidad de llegar otra vez a la gran habitación que es el mundo te sorprenderías con cualquier cosa.

Si tuvieras la oportunidad de llegar otra vez a la gran habitación que es el mundo y fueras un ser sensible , que es capaz de percibir una realidad a través de los sentidos, que se deja llevar fácilmente por sentimientos como la ternura, la compasión y el amor y se siente emocionado o herido con facilidad, que es capaz de distinguir la belleza y los valores artísticos ... ... repararías en los pequeños objetos animados e inanimados que lo forman ... ... en las flores que crecen pegadas al camino, en el hierro oxidado que pasó largos años debajo de tu cama, soportando tu peso, confortándote. Ese pequeño muelle tan insignificante y a la vez tan preciso.

Antes de que llegue la oscuridad y te ciegue para siempre aprende a apreciar el rojo del suelo, los pétalos caidos, el temblor del agua, tus manos en mis diminutos pechos, una brisa.

Donde nunca miraste te mira fijamente. Todo lo que ahora abarca tu vista, todo aquello que ignoraste en la otra vida se convierte en un animal que te observa con la cabeza vuelta, que se burla.

Un corazón humilde te contempla en silencio desde su gran posición privilegiada.

Si tienes la oportunidad de llegar otra vez a la gran habitación que es el mundo ... ... no olvides pararte en los detalles ... ... no olvides (como las palomas) ser sensible al magnetismo terrestre y utilízalo para orientarte. Si lo haces, quizás nos encontremos y juntos podamos contemplar esta gran habitación que es el mundo que habitamos. (Teresa Aguilar).